¿Qué es eso que llaman trabajo social? Un homenaje a César Barrantes

16 Ene
2018

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht.

Sin duda para muchos y muchas que conocimos y compartimos con nuestro compañero César Barrantes Aburto, nos ha golpeado fuertemente su partida. Aún nos parece estar escuchando sus argumentos, cargados de sus clásicos neologismos, que enriquecían y a la vez complejizaban sus polémicas reflexiones argumentativas. Siempre abierto a una discusión franca, fraterna, no dogmática, pero “sin concesiones”, como acostumbraba a dejar en claro. Bolivariano, latinoamericano, humanista y crítico, apostaba siempre por un trabajo social crítico, no dogmático, mucho menos ecléctico o asistencialista tecnoburocrático.

Hoy su partida, nos deja desafíos, y un compromiso, por continuar en la lucha política pero también epistemológica en el campo de las ciencias sociales.

¿Qué es eso que llaman trabajo social? Se titula su artículo publicado en la Revista Servicio social, N° 1, Vol. 3 (diciembre 1988-junio 1989), y que corresponde a profundizaciones de algunas ponencias, presentadas en l Primer Congreso Nacional de Trabajo Social, realizado en San José, Costa Rica, del 18 al 22 de noviembre de 1985. Versión ampliada y modificada de la primera parte de la ponencia “Pregun “ticas” para una reflexión autocrítica. Por un “Trabajo-Social por hacerse… científico”, presentada al Segundo Encuentro Regional de Trabajo Social México, Centroamérica y El Caribe, realizado del 22 al 26 de octubre de 1984 en San Ramón, Costa Rica. En estas sencillas, pero muy sentidas líneas, solo queremos retomar las preguntas y polémicas discusiones que nos ofrece César Barrantes.

Curiosamente, estamos haciendo esta reflexión homenaje a César Barrantes, cuando se cumplen 20 años de la publicación de ese artículo. Sin embargo, a dos décadas de estas inquiridoras (nunca inquisidoras, como decía César) reflexiones, las preguntas que allí se instalan, siguen tan vigentes, y necesarias.

Las preguntas sobre la cientificidad del trabajo social, no es una cuestión solo de carácter epistemológica, sino política y praxiológica. Tiene que ver con la producción y distribución de conocimientos, dominada por las lógicas impuestas por la matriz capitalista, en el marco de la división social del trabajo. Esto, en el contexto de la cuestión social, ubicará al trabajo social, como una profesión bisagra, entre el pueblo pobre y las instituciones burocráticas del estado y/o las instituciones de beneficencia. Sin perjuicio de esa génesis instrumental, e instrumentalizada por los intereses del capital y los capitalistas, el trabajo social, va construyendo su propio recorrido histórico, muchas veces en tensión, contradicción y disputa a los intereses de las elites y la hegemonía del capitalismo. En esas luchas y disputas, la cuestión de la cientificidad, no es solo un fetiche, sino espacio de disputa política necesario, para impulsar, desplegar un discurso, una acción, y fundamentalmente una praxis transformadora. Creemos firmemente, que las tesis de Marx sobre Feuerbach, representan un clarísimo decálogo para la disciplina. Incluso, es más, consideramos, que, dentro del campo de las disciplinas de las ciencias sociales, es el trabajo social, que, de mejor forma, responde al ideal planteado por Marx. Particularmente la 11 tesis, representan muy bien lo que debería ser el proyecto ético político del trabajo social: la transformación. Efectivamente, el trabajo social, no se debe limitar – o así debería ser- simplemente a interpretar o explicar el mundo, o mucho menos a intervenir acríticamente en él, sino que, a transformarlo. Su praxis, debe estar orientada a la liberación política y humana de la sociedad, esclavizada por la racionalidad y la moral capitalista, hoy llevada a un extremo autodestructivo por el neoliberalismo.

Entonces, Cesar Barrantes, frente a la pregunta por la cientificidad del Trabajo social, decía que, “una respuesta parcial es la de que su estatuto científico continúa siendo considerado marginal, un subproducto de la ciencia con capacidad seudoprofesional. Variadas explicaciones se han intentado al respecto, unas con mayor o menor amplitud y puntualización en el análisis, otras con mayor capacidad descriptiva. Para un tercer punto de vista, a nuestro juicio equívoco, dicho problema ha sido resuelto (1) por la obsolescencia misma de la pregunta de que si el TS es ciencia, tecnología o técnica y por la reiteración más que demostración explicativa del argumento unitario entre ellas. El Decreto Reconceptualizador: “el TS es una disciplina científica”, ha influenciado para anatematizar la cuestión y para que muchos colegas den por sentado la clausura de una problemática teórica cuyo cierre aún no está ni siquiera insinuado para campos del conocimiento tales como la misma Filosofía de la Ciencia” (Barrantes, 1989)

A dos décadas de esa publicación, y a más de medio siglo del Proceso de Reconceptualización, pareciera que ese estatuto de cientificidad sigue siendo marginal. Y a nuestro juicio, esto se ha profundizado, y reproducido ampliamente por una formación que ha sido hegemonizada por la ideología neoliberal, una educación mercantilizada, formadora de intelectuales orgánicos, serviles –muchas veces inconscientes- de los intereses de las elites. La sola declaración que el trabajo social es científico, o una disciplina científica, como fue declarado por el movimiento reconceptualizador, sin duda que en lo absoluto ayuda a superar aquello, si de fondo no hay una decidida y profunda discusión epistemológica-política sobre el ser y quehacer del trabajo social, más allá de los discursos autocomplacientes y altruistas.

A propósito de lo anterior, César Barrantes se preguntaba ¿en qué capacidad está el TS académico de certificar el profesionalismo de sus egresados en el manejo de los métodos clásicos si, por otro lado, el método de investigación-acción escasamente es experimentado por los trabajadores sociales en virtud de que no define el perfil profesional, aunque sí define un cierto perfil del proceso de enseñanza-aprendizaje del Trabajo Social académico? ¿Es posible considerar, en estas condiciones, la metodología del Trabajo Social una rama o disciplina de la ciencia epistemológicamente fundada? (Barrantes, 1989)

Las preguntas aquí planteadas, tienen una vigencia y urgencia en el contexto dominado por una formación acrítica y despolitizada. Esto, lo sostengo a la luz de la realidad material, que nos dice que alrededor del 80{d2a7d1cce95f8241c0b53bd4b004b97206eead88a07955e89ea6049685d1cb3a} de la formación del trabajo social en Chile, es dictado por instituciones privadas, es decir, por institución que surgen bajo los principios de liberalización y mercantilización de la educación. Es decir, existen como tal, porque se ha entendido que la educación es un bien de consumo, es una mercancía, y, por lo tanto, nos resulta poco admisible, que, desde estas instituciones, se postule un trabajo social que – siguiendo la 11 tesis de Marx- esté orientado a una praxis que transforme la realidad material y subjetiva de la sociedad capitalista. Es decir, un trabajo social que postule a un cambio cultural y moral, como lo postula Gramsci. Por lo mismo, lo más conveniente a los intereses de las elites, es decir, la mantención del estatus quo, es que una disciplina-profesión como el trabajo social, solo se limite a operacionalizar, a implementar políticas pensadas y diseñadas por los intelectuales orgánicos, tributarios del establishment. Por lo tanto, para simplemente hacer, no se requiere profundidad, reflexión crítica, y la teoría es innecesaria, solo basta “saber hacer” y obedientemente.

Por ello, es que César Barrantes, sostenía que hemos asumido mecánica e instrumentalmente, “como propios nombres, definiciones, conceptos y categorías establecidas por cientistas, políticos y organismos nacionales e internacionales sin que hayan sido procesados y sometidos a la crítica epistemológica desde el punto de vista de la especificidad de la práctica político-científica -del Trabajo Social” (Barrantes, 1989).

Y sobre lo mismo, continuaba su argumento de la siguiente forma:

“Trabajamos con hechos, fenómenos, problemas o “patologías” sociales cuya aspiración a existir como problemática o cuestión teórica desde nuestra perspectiva, es tanto más intensa cuanto mayor realidad social adquiere la no-organización científico-política del conjunto atomizado de ts. En fin, hemos equivocadamente tomado como marco de referencia o marco conceptual definiciones que no son conceptualizaciones y que, en puridad, deberían servir como simples puntos de referencia para construir nuestros propios marcos teórico-conceptuales en y a través de los cuales adquieran significados sustantivos, específicos, las prácticas diferenciales del TS2 (Barrantes, 1989).

Acaso, no seguimos tomando categorías conceptuales, teóricas sin siguiera someterlas al menos, un análisis histórico, o contextualizadas en la realidad concreta. Es más, en este trabajo social, que he denominado neo-conservador, el eclecticismo no solo es una característica de sus formas argumentativas, sino que peligrosamente llevan a la confusión de quienes se están recién formando o quienes son más ilusos/as al creer que su retórica es sinónimo de claridad, coherencia y profundidad analítica –reflexiva. Esto no es más que parte de la pirotecnia neoliberal, cantos de sirenas, que ocultan la perversidad misma de la moral maquiavélica del neoliberalismo, expresada en sus estructuras y superestructuras.

Querido César, desde esta dimensión seguiremos haciéndonos esas preguntas que tú nos dejaste como legado. Seguiremos incomodándonos por esas formas eclécticas, o dogmáticas y no siempre transformadores en que se piensa y materializa el trabajo social.

Querido César, por un trabajo social crítico latinoamericano-bolivariano-indigenista-feminista- pluriclasista: hasta siempre …hasta la victoria…

Luis Vivero Arriagada

Académico- Investigador Departamento de Trabajo Social

Universidad Católica de Temuco

Referencias

Barrantes, C. (1998) ¿Qué es eso que llaman trabajo social? Revista de Servicio Social. Vol 1, Nº 3, (diciembre 1998 – junio 1999).

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